Acervo Poético

blog de poesía olvidada y poco leída


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Fin de temporada

A Michel Lafon (1954-2014), lector de Larbaud

       Algunos años antes de la primera guerra mundial, el pasajero de clase preferencial Valery Larbaud -el riche amateur tempranamente heredero de una fortuna, el escritor viajero y políglota-, llegaba a una localidad balnearia de los países bajos. El verano acababa de terminar, los bañistas y las orquestas de cuerdas se habían ido y unos pocos ociosos cruzaban las playas o se agrupaban en hoteles profundos y semivacíos. Europa aún lucía a Siglo XIX.

  En la perspectiva entumecida de esos días fuera de estación, en una habitación de persianas cerradas a los primeros vientos de Rusia, Larbaud prepara una nueva pieza para su único poemario; pronto será Archibald Olson Barnabooth, quizás un epígono acomodado e indolente de Walt Whitman. Toma una hoja con membrete de Vichy Saint-Yorre y anota en francés el poema siguiente.

mdp

Scheveningue, muerta ya la estación

En el pequeño bar de muebles encerados,

bebimos largamente bebidas de Inglaterra;

era cálido, íntimo bajo los cortinados.

Fuera el viento de mar crujía reposeras.

 

Ambiente de salón  fumador en un barco…

Yo, el corazón opreso, como cuando se viaja;

yo estaba enternecido, yo estaba ya lejano;

yo un niño en sus angustias, correcto y educado.

 

¡Y lo que nos rodeaba, era todo tan calmo!

Una barra y la gente confidente se torna.

¡Oh, cómo se es pequeño las tardes junto a ustedes,

cómo uno se arrodilla! ¡Olas, inmensas olas!

 

 

Scheveningue, Morte-saison

Dans le clair petit bar aux meubles bien cirés,

nous avons longuement bu des boissons anglaises;

c’etait intime et chad sous les rideaux tirés.

Dehors le vent de mer faisait trembler les chaises.

On eût dit un fumoir de navire ou de train:

j’avais le coeur serré comme quand on voyage;

j’étais tout attendri, j’etais doux et lointain;

j’étais comme un enfant plein d’angoisse et très sage.

Cependant tout était si calme autour de nous!

Des gens, près du comptoir, faisaient des confidences.

Oh, comme on est petit, comme on est à genoux,

Certains soirs, vous sentant si près, ô flots immenses!


«Les Poésies de A. O. Barnabooth», Nouvelle Revue Française, Paris, 1913. Versión en español F.I.